El sábado 28 de
diciembre se cumplían los doscientos años de la primera recreación histórica de
la batalla de Bailén, siendo los protagonistas aquellos mismos vecinos y vecinas,
que cinco años antes participaron en la heroica gesta junto a su ejército. Se
nos relata en el Diario de Mallorca en su edición del sábado 15 de Enero de
1814 que describe como fue el paso de la Regencia del Reyno por diferentes
ciudades, desde San Fernando (Isla de León) hasta Madrid, pasando por Bailén.
El referido día 28,
según relata el Diario de Mallorca, la comitiva entró en Bailén a la una y
media de la tarde. A su salida de Andújar les habían acompañado, hasta tomar el
coche, el ayuntamiento constitucional, el vicario eclesiástico, todo el clero
de la ciudad y una comisión del Ayuntamiento hasta su término. Por el camino la
cumplimentaron otras delegaciones de los ayuntamientos de la comarca.
En las actas capitulares de 1813 que se encuentran en
el Archivo Municipal se recogen todos los preparativos que con anterioridad a
esta fecha se hicieron en Bailén para recibir como se merecía a la regia
comitiva. Así en el cabildo de 20 de noviembre, presidido por el alcalde
constitucional don Francisco Ruiz Molina, se nombró a don Juan Plácido Choza y
a don Pedro Pastor, regidores del Ayuntamiento para “adecentar la calle Real y
el aseo de la población para el paso del soberano congreso y S.A. la Regencia
del Reino que sube a la Villa y Corte de Madrid”. Además, se facultó a los
también regidores don Alonso Villarejo, Andrés Ruiz y Pedro Soriano Cuesta para
hacer un arco que “hermosee el campo de batalla donde fue rendido el general
Dupont el 19 de julio de 1808”. También se facultaba al síndico general don
Pedro Canuto Soriano y a don Gonzalo Pastor para recibir el trigo y la cebada
que vengan de “los pueblos asignados a esta villa” por el señor intendente de
la provincia.
Tres días después, el
23 de noviembre, el alcalde informa que se ha mandado oficio a los
ayuntamientos de los 19 pueblos asignados por el señor intendente para que nada
faltase al soberano consejo. Las contestaciones dadas por los regidores de
dichos pueblos son contrarias a lo dispuesto por el señor jefe político y así
se lo hacía saber a la corporación. Oído lo que dijo el alcalde, la corporación
acordó informar a la autoridad de la falta de cumplimiento de sus órdenes por
parte de estos pueblos, aportando sus contestaciones y solicita que se
aprovisione a Bailén de todo lo
necesario. También se aprobó en ese cabildo sacar a la “tercia” cien fanegas de
trigo y trescientas de cebada para el socorro de las valientes tropas que
entraban al día siguiente en nuestra ciudad.
En el cabildo del 11 de
diciembre se hace referencia a una orden del cinco de ese mes del Jefe político
de la provincia en la que informaba de que los pueblos de descanso de la
comitiva serían Andújar, Bailén y La Carolina y que era menester “que se
llevase a ellos las producciones para que nada faltase”. Por parte del señor
alcalde don Francisco Ruiz Molina se hizo presente la necesidad de arbitrios
para el suministro de lo necesario. La Corporación acordó “que se procediera a
repartir con el mismo nombre de empréstito y abono en la contribución directa
la cantidad de 75 mil setecientos reales de vellón y que los vecinos
compareciesen para hacer el pago en la casa de don José Barreda, a quien se
nombraba para la cobranza”.
Posteriormente, en el
cabildo de 22 de diciembre se dio lectura a un oficio dirigido al ayuntamiento
en el que se informaba que la comitiva llegaría a Bailén el día 28 de diciembre
y la corporación por unanimidad acordó: “se practiquen cuantas diligencias sean
bastantes para que nada falte para el suministro preciso y necesario”. Se
instaba en dicho acuerdo a que las comisiones formadas al respecto ejecutaran
sus actuaciones y todo estuviera “a término”, la autoridad suprema quedase
complacida y que los “gastos que se ocasionasen sean de los caudales de propios
o de cualquier otro fondo y se le presenten al señor intendente suplicándole
tenga abono en los citados caudales”.
El Diario de Mallorca
nos describe cómo fue la llegada del cortejo. Todo se desarrolló como estaba
previsto. Antes de entrar en Bailén se reconoció el campo de batalla, “en el
que se rompieron las cadenas con que el tirano de la Europa pretendía ligar a
España”. Se construyó un arco formado de ramos que cruzaba la carretera y
estaba colocado en el mismo lugar en que
las tropas españolas batieron a las francesas, obligándoles a capitular. Partidas
de tiradores “figuraron” la batalla en el sitio donde se dio y en presencia del
vecindario, que “en el día de ella se habían señalado con distinguidas muestras
de lealtad y patriotismo”. Este mismo pueblo recibió con señales de amor y respeto
a la comitiva y les acompañó hasta su alojamiento en la Casa-Palacio de los
Ponce de León, en donde se presentó su ayuntamiento, presidido por el Jefe
político de la provincia don Vicente Jaúdenes, quien felicitó a S.A. la
Regencia del Reino con una “elegante y bien pronunciada arenga”.
A la mañana siguiente,
la comitiva siguió el viaje hasta la Carolina. En el camino desde Bailén
ofrecieron su saludo los habitantes de Guarromán con su alcalde a la cabeza y
el vicario eclesiástico, quienes se distinguieron, pues tenían abundante
provisión de vino que suministraban de balde a todos los de la comitiva sin
distinción de personas. También concurrió gran cantidad de gente de Carboneros
y de otros lugares colindantes.
De esta manera se
desarrollaron los actos que dieron lugar a la primera recreación histórica de
la Batalla de Bailén. Pocos meses después, en marzo de 1814, entraba en España
el monarca Fernando VII después de cinco años como prisionero de Napoleón junto
a sus padres, Carlos IV y María Luisa de Parma, en el castillo de Valençay
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