sábado, 3 de mayo de 2025

LOS FUSILAMIENTOS DEL 3 DE MAYO EN MADRID

 

La represión por el levantamiento se salda con el fusilamiento de todos los detenidos y de aquellos que portaran armas. Los fusilamientos de la montaña del Príncipe Pío o Los fusilamientos del tres de mayo, nombre por el que es habitualmente conocido, es un cuadro del pintor español Francisco de Goya . El cuadro, de unos 2,68 x 3,47 metros, se realizó en 1814 y se encuentra en el Museo del Prado, en Madrid. Forma una serie con el cuadro el Dos de Mayo. La leyenda que cuenta que Goya, con 62 años, tras haber seguido de lejos los acontecimientos, se habría acercado más tarde con una linterna al lugar de los fusilamientos y habría tomado notas en su cuaderno no parece ser cierta. Goya todavía no vivía en las cercanías de Príncipe Pío en 1808 y el cuadro se realizó seis años más tarde, así que no fue una reacción espontánea al horror. Los acontecimientos en la colina de Príncipe Pío están representados con grandes contrastes, que también reflejan la desigualdad de fuerzas en la situación real: a un lado los ocho soldados de infantería, que se ven desde el lado y representan con su fusil, el uniforme y el sombrero un muro; al otro las víctimas, un grupo variado y desesperado que espera indefenso ser fusilados. 

Del grupo de los revolucionarios destaca uno con la camisa blanca. La asociación con Cristo en la cruz es intencionada: las manos presentan estigmas. Aquí se asesina a mártires. El tema también es tratado en las gráficas de la serie Desastres de la Guerra. Las víctimas forman tres grupos: los que están a la espera de ser fusilados y que ven con horror su futuro, los que están siendo fusilados y los muertos. 
Los grupos se ven de derecha a izquierda, lo que introduce un elemento de transcurso del tiempo en la composición. En el cuadro, Goya no olvida a la iglesia. En la primera fila de las víctimas, arrodillado, aparece un   fraile tonsurado. La religión tuvo un importante papel en la contienda, llamando a la resistencia desde los altares y proveyendo a los resistentes de curas dispuestos a empuñar las armas. La iglesia se opuso ferozmente a Napoleón, no tanto en defensa de la libertad sino porque éste había cerrado dos tercios de los conventos y había suprimido la inquisición.

El grupo de madrileños es totalmente heterogéneo, hombres toscos, vulgares, harapientos, un fraile..., probablemente algunos de ellos ni siquiera habrían participando en el levantamiento, eran simples espectadores, o pasaban por allí y ahora se encuentran enfrentados a un pelotón de ejecución. Lo que plasma Goya es la reacción individualizada ante la muerte inmediata; el cadáver de primer término, de bruces en un charco de sangre, deja claro su destino. El fraile, arrodillado, aprieta las manos en actitud suplicante; justo encima de éste, un rostro con los ojos totalmente abiertos mira hacia arriba; detrás, otro con los puños cerrados se tapa las orejas, como si no quisiese oír la descarga; otro, al fondo, se tapa la cara no queriendo ver a los verdugos. La víctima central, destacado por su camisa blanca, levanta los brazos con una actitud desafiante ofreciendo el pecho a los soldados, pero su valentía ya no sirve para nada, está ya muerto y lo sabe; sus rodillas se riegan con la sangre de los que anteriormente han sido fusilados y sus cuerpos yacen en desorden.

Es un cuadro que rompe con el neoclasicismo de la época. Nos muestra la Historia como una carnicería, la naturaleza como el marco en el que se produce el horror, la ciudad duerme ajena a la matanza, no hay lugar para la belleza, para el academicismo. No es propiamente una obra que perpetúe la insurrección nacional contra los franceses. Es más el retrato del antihéroe, no del guerrero sino de las victimas de la guerra, es un testimonio antibelicista, por eso ha pasado a la Historia del Arte como algo más que un cuadro de Historia






viernes, 2 de mayo de 2025

DOS DE MAYO DE 1808. EL PUEBLO DE MADRID SE LEVANTA EN ARMAS CONTRA LAS TROPAS FRANCESAS

La encerrona ideada por Napoleón contra la monarquía española se cierra con el traslado también a Bayona del Infante don Antonio. La escena que transcurre en el patio del Palacio es el detonante del levantamiento y el inicio de la insurrección en toda España.

Cuando Fernando VII partió desde Madrid hacia Bayona, nombró una junta de Gobierno presidida por el infante don Antonio e integrada por cuatro ministros de su, hasta entonces, efímero reinado. Esta Junta sería depositaria de una soberanía que no será capaz de ejercer a satisfacción de los españoles que demandaban una actitud firme frente a los invasores franceses.

El descontento de la población ante el descrédito que le merecía la Junta, sería el desencadenante del conflicto. El incidente que hizo estallar la crisis fue el traslado del infante don Francisco de Paula, el único de los hijos de Carlos IV que aún permanecía en Madrid. Un grupo de personas intentó que abandonara la villa y atacó a un escuadrón francés que sólo pudo salvarse del linchamiento gracias a la intervención de un destacamento de soldados españoles. Estos incidentes determinaron una violenta reacción popular que se extendió por toda la ciudad. Las tropas francesas que se hallaban acantonadas en los alrededores de la ciudad acudieron a sofocar la revuelta, que cobraba por momentos una mayor dimensión.

El 2 de mayo de1808, la multitud comenzó a concentrarse ante el Palacio Real. El gentío vio como los soldados franceses sacaban del palacio a la reina de Etruria, cuya salida no produjo conmoción alguna. La presencia de otro coche hace deducir que está destinado al infante Francisco de Paula. Al grito de ¡Que nos lo llevan!, el gentío penetró en el palacio. El infante se asoma a un balcón aumentando el bullicio en la plaza. Este tumulto fue aprovechado por Murat, el cual despachó rápidamente a un batallón de granaderos de la Guardia Imperial al palacio, acompañado de artillería, que disparó en contra de la multitud. Al deseo del pueblo de impedir la salida del infante, se unió la de vengar a los muertos y la de deshacerse de los franceses. La lucha se extendió por todo Madrid.

Los madrileños descubrieron en ese instante las necesidades de la guerra callejera: constitución de partidas de barrio comandadas por caudillos espontáneos; obligación de proveerse de armas (luchaban navajas frente a sables); necesidad de impedir la llegada de nuevas tropas francesas...

Todo esto no fue suficiente y Murat pudo poner en práctica una táctica tan sencilla como eficaz. Cuando los madrileños quisieron hacerse con las puertas de la cerca de Madrid para impedir la llegada de las fuerzas francesas acantonadas fuera de Madrid, el grueso de las tropas de Murat (unos 30.000 hombres) ya había penetrado en la ciudad, haciendo un movimiento concéntrico para adentrarse en Madrid.

Si bien la resistencia al avance francés fue mucho más eficaz de lo que Murat había previsto, especialmente en la Puerta de Toledo, la Puerta del Sol y el Parque de Artillería de Monteleón, esta operación permitió a Murat someter a Madrid bajo la jurisdicción militar. Esto fue, tratar a los madrileños como rebeldes. Puso igualmente bajo sus órdenes a la Junta de Gobierno.

Poco a poco, los focos de resistencia fueron cayendo. Acuchillamientos, degollamientos, detenciones... Mamelucos y lanceros napoleónicos extremaron su crueldad con el pueblo madrileño. Cientos de españoles, hombres y mujeres, y soldados franceses murieron en esta refriega. El lienzo de Goya, La Carga de los Mamelucos refleja la luchas.

Mientras tanto, los militares españoles permanecieron, siguiendo órdenes del capitán general Francisco Javier Negrete, acuartelados y pasivos. Sólo los artilleros del parque de Artillería sito en el Palacio de Monteleón desobedecieron las órdenes y se unieron a la insurrección. Los héroes de mayor graduación fueron los capitanes Luis Daoiz y Torres (que asumió el mando de los insurrectos por ser el más veterano) y Pedro Velarde Santillán. Con sus hombres se encerraron en el Parque de Artillería de Monteleón y, tras repeler una primera ofensiva francesa al mando del general Lefranc, murieron luchando heroicamente ante los refuerzos enviados por Murat.

LOS HÉROES DEL DOS DE MAYO

 Los capitanes Daoíz y Velarde se convirtieron en los héroes del 2 de Mayo. Lideraron la casi anecdótica repuesta del Ejército español cuando, desde el Parque de Artillería de Monteleón, hicieron frente a las tropas del General Murat con tan sólo 200 hombres. Velarde que había llegado a Madrid en 1806 como secretario económico de Artillería, el día 2 solicitó refuerzos para defender el parque y salió con una compañía de 33 soldados. Convenció a Daoíz para que lo abriera y entregara las armas a los madrileños y participó en la defensa del acuartelamiento.

A pesar de las órdenes expresas de no entrar en combate contra los franceses, los dos artilleros se pusieron del lado del pueblo español. Lucharon para que no solo el pueblo de Madrid se levantase contra los franceses sino para que se uniesen en la lucha el ejército y demás estamentos.

Daoiz y Velarde no contaron con refuerzos y resistieron hasta la muerte sin apoyo de la Junta de gobierno ni de los propios militares. A pesar de ello, fueron uno de los ejemplos de los levantamientos posteriores al 2 de mayo de Madrid.
Tras la llegada de Velarde mandó colocar cañones para defenderse del ataque y en la lucha resultó herido, pero aún recibió, sable en mano, a los generales Lagrange y Lefranc, cuando entraron en el parque. Lagrnage atacó al capitán y, cuando este intentó responder, fue abatido a bayonetazos. Murió de un disparo en el pecho antes de que éste se rindiera. Daoíz, por su parte, era ya un militar de brillante carrera que había participado en la defensa de Ceuta y Orán, en la Guerra del Rosellón y en la defensa de Cádiz. «Daoíz fue alcanzado por la espalda con una bayoneta y posteriormente acribillado a estocadas» El asalto definitivo asoló a los españoles, que se vieron superados por una fuerza 30 veces mayor. A su vez, el fuego de algunas unidades de tiradores franceses situados en balcones y casas hizo bajar rápidamente el número de defensores. En el fragor de la batalla, y como explica en este caso Benito Pérez Galdós en uno de sus «Episodios Nacionales», «Daoíz fue alcanzado por la espalda con una bayoneta y posteriormente acribillado a estocadas». El valiente capitán había defendido hasta su último aliento Monteleón, pero todo su valor no había conseguido detener a los franceses.

Por su parte, Velarde cayó cuando acudía junto a varios fusileros a reforzar una de las entradas. Un oficial polaco le disparó a quemarropa en el corazón haciendo que su cuerpo cayera con violencia en el suelo. Todo había acabado.

«El cuerpo de Daoíz fue trasladado a su casa, y el de Velarde fue profanado por el enemigo hasta que horas más tarde fue recogido y trasladado primero al cuartel y posteriormente a la iglesia de San Martín, donde fue amortajado con un hábito de San Francisco; al día siguiente, fue enterrado en el lugar denominado El Jardinillo, dentro del templo, junto a Daoíz», determina en este caso Galdós. Ambos acabaron como empezaron, juntos. 

En marzo de 1814, se aprobó la exhumación de los restos de los generales Daoiz y Velarde para que fueran trasladados, el 2 de mayo del mismo año, de la iglesia de San Martín a la colegiata de San Isidro el Real.

En la actualidad, los restos de los generales se encuentran en el Monumento a los héroes del Dos de mayo del Paseo del Prado de Madrid que se construyó en 1840. Además, los dos leones de bronce que presiden la entrada del Congreso de los Diputados reciben los nombres de “Daoiz y Velarde” en honor a ambos militares.

MANUELA MALASAÑA

La defensa popular de la patria contra los franceses se encarnó en la figura de una joven de apenas 15 años, una costurera de un taller de bordadoras llamada Manuela Malasaña. Imágenes y leyendas glorifican la supuesta gesta de la heroína popular, pero en realidad poco se sabe con certeza acerca de su vida y de su muerte. Según el escritor Fernández de los Ríos, Manuela Malasaña moriría mientras ayudaba a cargar el arma de su padre a las puertas del Cuartel de Artillería. Así la imaginó el pintor Álvarez Dumont, muerta a los pies de un soldado de la caballería francesa mientras su padre la vengaba… Sin embargo, ninguna de estas dos versiones pudo ser cierta, ya que se sabe que por entonces la costurera era huérfana. Más crédito tiene la investigación de Cambronero que se nutre de supuestas versiones de testigos y que sitúa la muerte de la heroína una vez que había concluido ya el levantamiento y cuando los franceses imponían la represión entre la tarde-noche del 2 y el día 3. Manuela Malasaña sería abordada por una pareja de soldados franceses que intentarían seducirla en plena calle, y moriría a tiros después de defenderse con unas pequeñas tijeras de costura.

Fue enterrada en el Hospital de la Buena Dicha en la calle de Silva que había sido fundado en 1594 y que acogía a la gente pobre. En este lugar fueron atendidos muchos de los heridos en este día del 2 de Mayo y fueron enterrados muchos de los caídos.

El nombre de Manuela Malasaña consta con el nº 74 en la relación de víctimas que se conserva en los archivos militares y municipal de Madrid. Según un estudio hecho en 1908 hubo 409 muertos identificados y 170 heridos. Su retrato se encuentra en la Sala de Heroínas del Museo del Ejército.

Manuela debía ser famosa en su barrio por su juventud y simpatía, y el hecho de morir tan joven y entregando su vida a la causa de la libertad hizo que se creara en torno a su memoria una gran leyenda de heroína.

Bando de los Alcaldes de Móstoles, Andrés Torrejón y Simón Hernández. Las noticias del levantamiento de Madrid se extienden por España y se inicia la insurrección. En realidad, éste fue redactado por el aristócrata Juan Pérez Villamil. El bando tenía una misión específica: avisar a los pueblos de Toledo y Extremadura para que movilizaran milicias que acudiesen a socorrer a Madrid, ocupada por los franceses. Se puede descartar que este bando constituyera una verdadera declaración de guerra a Napoleón y los franceses, acto que llevó a cabo la Junta Suprema Central de Sevilla un mes más tarde (6 de junio de 1808).

El texto del bando es el siguiente:

Señores Justicias de los pueblos a quienes se presentase este oficio, de mí el Alcalde de la villa de Móstoles:

Es notorio que los Franceses apostados en las cercanías de Madrid y dentro de la Corte, han tomado la defensa, sobre este pueblo capital y las tropas españolas; de manera que en Madrid está corriendo a esta hora mucha sangre; como Españoles es necesario que muramos por el Rey y por la Patria, armándonos contra unos pérfidos que so color de amistad y alianza nos quieren imponer un pesado yugo, Después de haberse apoderado de la Augusta persona del Rey; procedamos pues, a tomar las activas providencias para escarmentar tanta perfidia, acudiendo al socorro de Madrid y demás pueblos y alentándonos, pues no hay fuerzas que prevalezcan contra quien es leal y valiente, como los Españoles lo son.

Dios guarde a Ustedes muchos años.

Móstoles dos de Mayo de mil ochocientos y ocho.

Andrés Torrejón

Simón Hernández





 

jueves, 23 de enero de 2025

EL AYUNTAMIENTO DE BAILÉN PRESENTA EN FITUR LA RECREACIÓN DE SU BATALLA DE 1808

 

El delegado del Gobierno andaluz en Jaén, Jesús Estrella, ha participado en la presentación de la próxima edición de la recreación Histórica de la Batalla de Bailén junto al alcalde del municipio, Luis Mariano Camacho , el concejal de Patrimonio Juan Jesús Padilla y miembros de los grupos de recreación de nuestra Asociación y de otras asociaciones de Bailén. 

 

La recreación histórica de la Batalla de Bailén, que se celebrará los días 3, 4 y 5 de octubre próximos, tiene por objetivo el fomento general de esta contienda desde el rigor histórico, temporal y espacial con un conjunto de actividades que se constituyen como uno de los eventos turísticos más consolidados en la provincia.

En la edición 2024, esta actividad contó con la participación de más de 450 recreadores, 13 caballos y cuatro cañones, además de congregar a miles de espectadores en el campo de batalla del Charco de la Gallina, parte del escenario real de esta batalla ocurrida el 19 de julio de 1808 y que supuso la primera derrota en campo abierto de la historia del ejército napoleónico.









 


domingo, 27 de octubre de 2024

EL REGIMIENTO DE LA REYNA PARTICIPA EN LA "SORPRESA DE ARROYOMOLINOS"

 La recreación histórica de la Sorpresa de Arroyomolinos es una de las citas más esperadas cada otoño en la provincia de Cáceres. Del 25 al 27 de octubre del 2024 se han celebrado escenificaciones y recreaciones. 
Declarada Fiesta de Interés Turístico de Extremadura el evento recrea el momento en el que las tropas napoleónicas tomaron las calles del municipio en 1811. La Guerra de la Independencia se vivió aquí con una gran batalla para defender el territorio de las tropas francesas y luchar contra el ejército de Napoleón. Fue una de las batallas más decisivas y aconteció el 28 de octubre de 1811 con la victoria de España, Portugal e Inglaterra.
Nuestra Asociación ha estado presente con algunos miembros del Regimiento de la Reyna.