El viernes 27 de marzo después de varios años de remodelación, fue inaugurado el Sitio Histórico de la Huerta del Sordo lugar emblemático de la historia de nuestra ciudad, al oeste de
Bailén, a la vera del antiguo camino real y la antigua carretera Nacional de
Madrid a Cádiz, en una vaguada fresca y húmeda entre Cañada Inconsa y el arroyo
de los Alamicos, que dejara de correr hace tiempo.
Esta
intervención urbanística ha sido posible gracias al esfuerzo de las distintas instituciones: Junta de Andalucía,
Diputación Provincial y Excmo. Ayuntamiento que con sus aportaciones económicas
han hecho posible que este proyecto sea hoy una auténtica realidad.
El acto que estuvo presidido por la alcaldesa de Bailén y que contó con la presencia de distintas autoridades provinciales, fue relatado por nuestra compañera del Regto. de la Reyna Antonia Escobar Lozano. En él estuvieron representados los distintos colectivos culturales y de recreación de nuestra ciudad.
La Noria de la Huerta del Sordo es, junto a la
Ermita de la “Limpipura”, el único
testigo aún en pie de los sucesos bélicos de 1808. Aquella lejana jornada del
19 de julio parece que fue particularmente calurosa como lo atestiguan las
fuentes francesas, ya que el mismo Dupont en el parte de la Batalla considera
el calor como una de las justificaciones de la derrota.
En tierra de
nadie, entre la 2ª División española al mando del Marqués de Coupigni y las
brigadas francesas de Chabert y Dupré, la noria de la Huerta del Sordo se
ofrecía como única fuente de agua en varios kilómetros a la redonda. Era lógico
que a lo largo de la batalla constituyera uno de los puntos que en vano
intentaron alcanzar los franceses y todos aquellos que lo intentaban eran
perseguidos por los españoles y así en las inmediaciones de este sitio se
hallaron muchos cadáveres de soldados galos. Acabado el combate, se producirá
una honrosa estampa la del pueblo de Bailén dándole de beber a los vencidos, ya
que será en este lugar donde los franceses saciarán al fin su sed.
La noria de la
huerta del Sordo tiene también un puesto relevante en el repertorio de nuestras
leyendas locales, pues es bien conocida la que hace referencia a los franceses
que, desesperados por la sed, se arrojaban a la noria exclamando: “Morir aquí y resucitar en París”.
Doscientos siete
años después la noria de la Huerta del Sordo, totalmente remodelada, sigue
siendo signo inequívoco de nuestro ser como pueblo.
IMÁGENES. GENTILEZA DE DOMINGO PADILLA. TÉCNICO DE TURISMO EXCMO AYUNTAMIENTO