domingo, 19 de enero de 2014

205 ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE ELVIÑA (LA CORUÑA)


Una batalla sin vencedores ni vencidos
Desde que un 11 de enero de 1809 el general inglés Sir John Moore avistó la ciudad, Las Coruña escribiría uno de los capítulos más importantes de su historia al adquirir protagonismo en la campaña napoleónica en España. El reembarque del ejército británico figura en los libros de texto como uno de los más importantes de todos los tiempos, comparable al registrado en Dunquerque. Además en Elviña no existió un claro vencedor. Los ingleses consiguieron partir en sus buques y los franceses, ganar el terreno.
 
Sir John Moore vs Mariscal Soult
 
Soult y Moore, a pesar de ser rivales, tenían muchas cosas en común. Ambos habían emprendido su carrera militar cuando apenas habían superado la adolescencia y destacaron por alcanzar de forma fulgurante rangos militares reservados para los veteranos. La ambición de Soult en la campaña de La Coruña contrastó con la prudencia de Moore, desconocedor del terreno y la climatología de la región.
 
 
Mariscal Soult
Jean-de-Dieu Soult nació en 1769 en Saint Amans-la-Bastide, hijo de un notario del pueblo. Debió de ser un militar excepcional, antes de los 20 ya pertenecía al cuerpo de infantería real y no tardaría mucho en alcanzar el rango de sargento. Se casó con Louise Berg en 1796 y tuvo dos hijos, Napoleón-Hector y Hortense.Después de pasar por Marengo (1800) y Austerlitz (1805), dos de las grandes batallas libradas por el ejército napoleónico, el Emperador se refirió públicamente a Soult como ‘el mejor estratega de Europa’. Lucharía asimismo en Jena y Polonia, pero, en el reparto de títulos se tuvo que conformar con el de Duque de Dalmacia, que nada tenía que ver con alguna victoria en el combate.
Su papel en la Batalla de Elviña:
El 3 de enero de 1809 el Emperador encomienda al Mariscal Soult una doble misión: perseguir y destruir al ejército británico de Sir John Moore evitando su reembarque y marchar hacia Portugal, apoyado por el Mariscal Ney, a la conquista de Lisboa. Fue un encargo personal debido a que Napoleón tuvo que abandonar la persecución en Astorga para regresar a París.
Uno de los puntos calientes de su misión se vivió en Elviña. Después de jornadas persiguiendo al enemigo por las montañas lucenses en condiciones meteorológicas que menguaban las fuerzas de las tropas, pierde la oportunidad de cumplir la primera parte de la misión. Consiguió ganar terreno, conquistar la plaza y matar a Moore, pero no impidió el embarco de los destacamentos ingleses ni evitó que, la falta de coordinación, le obligase a permanecer en suelo gallego durante cinco meses.
 


 
Sir John Moore
Nacido en Glasgow en Escocia en 1761, este general inglés tomó partido en la Guerra de la Independencia junto a las tropas españolas. A los 15 años ya prestaba servicios militares, alcanzando a los 25 el rango de general y diez años después el de Mayor General. Luchó en las campañas de América del Norte, Gibraltar y Córcega, en India, Irlanda, Holanda y asistió al sitio de El Cairo. A pesar de su corta edad asumió también el mando del Cuerpo del Ejército en Sicilia y con 10.000 hombres partió a prestar ayuda a los suecos contra los franceses, rusos y daneses. Fue enviado a nuestro país en 1808 como mando del ejército inglés integrado por 30.000 hombres con una única misión: expulsar del territorio a las tropas napoleónicas.
Su papel en La Batalla de Elviña:
John Moore perdió la vida en la batalla de Elviña cuando contaba con 48 años. Su desconocimiento del terreno y la falta de información del enemigo hizo que su deambular por tierras gallegas se convirtiese en un calvario. El efecto sorpresa con el que esperaba presentarse ante los franceses cayó en saco roto después de perder más de un mes desde la llegada a la frontera. Mermado de fuerzas y tras comprobar que los franceses le ganaban en número y medios tomó la decisión de salvar a su tropa de una derrota segura.
La batalla de Elviña se disputó casi por imposición porque, por culpa de la tempestad, no habían llegado a La Coruña los barcos de transporte procedentes de Vigo. Su papel consistió en defender la flota amarrada en el puerto y, con ello, a la ciudad. Pese a pequeñas victorias en escaramuzas, perdió la vida al ser alcanzado por un cañón en un brazo. Su heroica muerte en primera línea de fuego y el reembarque de su división ha sido reflejada en los libros de historia como una auténtica victoria.
 
 
Fuente: Ayuntamiento de la Coruña   Especial Historia.
 
 
 

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