palacio de Valençay |
El 13 de diciembre de 2013 se cumplían 200 años
de la firma del tratado de Valençay por parte de Francia y España, con él se
establecía la paz y se ponía fin a la Guerra de la Independencia. Además de las
condiciones para establecer la paz entre ambos países, Napoleón reconocía a
Fernando VII y a sus sucesores como Reyes de España y de las Indias.
A finales de 1813, Napoleón se encontraba en una
situación muy difícil. Los ejércitos franceses habían sufrido serios reveses;
primero, en Rusia y más tarde en España. Después de la derrota francesa en la
Batalla de Leipzig en octubre de ese año, el combate final se intuía cada vez
más cerca. Al sur del Imperio, en España, las fuerzas inglesas comandadas por
Wellington amenazaban con cruzar las fronteras en colaboración con los
españoles y adentrarse en Francia. La idea de Napoleón era zanjar el conflicto
español para poder centrarse en preparar mejor la batalla final.
firma del tratado |
Por otro lado, Fernando VII aislado, desinformado
y sin apenas experiencia de gobierno, se dejó manipular por los responsables de
la negociación para recuperar el trono. Primero fue el conde de la Forest, que
había sido embajador francés en Madrid, quien se encargó de convencerle de que
sus verdaderos enemigos eran los ingleses.
Fernando VII, al principio, se negó a colaborar
con Napoleón argumentando que él no podía negociar tales cosas, pues en primer
lugar estaba preso y en segundo lugar, al salir él de España, se había
organizado una Regencia que era la que tenía ese tipo de poderes. La Forest
replicó que eso no importaba dada la naturaleza divina de la monarquía y que no
podía eludir sus compromisos como si fuera un individuo particular. Sin
embargo, Fernando respondió al día siguiente que Napoleón debía negociar con la
Regencia o que esta regencia mandara a un grupo a hablar con él para informarle
de las intenciones que tenían y de la situación del país.
Momento del tratado |
Tras esto, los franceses mandaron ir al Castillo
al duque de San Carlos, José Miguel de Carvajal que acudió a Valençay de
incógnito con el sobrenombre de Ducos. El duque ya conocía a Fernando de los
primeros tiempos que pasó éste en el castillo. El 21 llegó al castillo a hablar
con Fernando, con quien estuvo analizando la situación bastante tiempo. Al día
siguiente se reunieron en el palacio La Forest y el Duque de San Carlos y entre
ambos durante varios días estuvieron redactando un documento que quedó
terminado el 24 de noviembre. El documento quedó listo el 8 de diciembre.
Este tratado de Paz y Amistad comenzaba con el
cese de las hostilidades, la devolución de las plazas y territorios españoles
en manos de los franceses, la liberación de los prisioneros de ambos lados y la
restitución de los bienes secuestrados durante la guerra. Además el rey español
se comprometía a evacuar de su territorio al ejército británico, a devolver los
honores, empleos y bienes a los afrancesados y pasar una pensión a Carlos IV,
su padre, y a su esposa de 30 millones de reales al año.
Por otro lado, se restablecía el comercio con el
Emperador en los mismos términos que habían regido entre ambos países desde el
tratado de Utrech y hasta 1792 que quedó interrumpido por los acontecimientos
de la Revolución Francesa. Con este tratado se volvía a colocar a Fernando en
el trono, pero se consideraba un pacto muy beneficioso para Francia, pues con
él cambia sin ningún tipo de contraprestaciones, la posición diplomática
internacional de las cortes y de la Regencia, que hasta ese momento se había
apoyado en Inglaterra. El Duque de San Carlos se desplazó a Madrid con la
misión de obtener la ratificación del tratado, pero las cortes no lo hicieron.
Napoleón dejó que Fernando regresara a España en marzo de 1814.
Alegoría de la llegada de Fernando VII a España |
El tratado de Valençay vino a enfrentar dos
concepciones del poder. Por un lado la que había en España en ese momento, que
negaba validez a cualquier acto de Fernando VII hasta que no jurase la
Constitución y fuese reconocido como Rey por las Cortes. Por otro lado, la del monarca que era partidario de ignorar lo acontecido en España durante los
años anteriores y volver a la primavera de 1808 cuando, en marzo, fue
proclamado rey. Este tratado vino a abrir el camino al golpe absolutista que se
consumó en Valencia en mayo de 1814.
Para saber más: La Aventura de la Historia nº182
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