martes, 1 de junio de 2021

EL TAMBOR DEL BRUC

 

El 6 de junio de 1808 se produce la primera derrota importante de las tropas francesas. El general francés Schwatz, que pretendía acudir desde Barcelona a Zaragoza para apoyar el inminente sitio, es interceptado y derrotado en el paso del Bruc por un conjunto de paisanos armados de los pueblos cercanos a los que se unen militares huidos de Barcelona y mercenarios suizos del regimiento de Wimpffen. La batalla se vuelve a repetirse unos días más tarde, el 14 con el mismo resultado.

El 4 de junio de 1808 una columna francesa comandada por Schwartz salió de Barcelona en dirección a Lérida y Zaragoza. También tenía la orden de pasar por Manresa e Igualada. Los efectivos de la columna francesa sumaban 3.800 hombres. La noticia se transmitió rápidamente a las localidades por donde debían de pasar, pues las campanas comenzaron a tañer el “toque de somatén” convocando a los vecinos. Aquella tarde los franceses llegaron a Martorell y allí pernoctaron.  Para llegar a Manresa, debían forzar el paso del Bruc. El mismo día 4 un gran aguacero sorprendió a la columna francesa que se refugia en Martorell. 

Esta situación permitió organizar la acción del Bruc que tuvo lugar el 6 junio de 1808. Al día siguiente, muy temprano, varios oficiales y soldados del 2º batallón del regimiento de guardias valonas, así como un oficial y soldados del regimiento de infantería suiza “Wimpffen” nº 1 al servicio de España, acompañados de varios centenares de miembros de los somatenes de Manresa e Igualada, se colocaron en la alturas del Camino Real.  En total llegaban a unos 2.000 hombres. 

Los franceses no reanudaron su marcha hasta las seis de madrugada del dia siguiente, debido a la dificultad de caminar bajo la lluvia, y, después de dejar atrás Esparraguera y Collbató, los franceses llegaron al Bruch de Arriba, punto de bifurcación del camino de Manresa y el Camino Real que lleva a Lleida. Allí fueron recibidos por el fuego de los paisanos y soldados que esperaban desde el día anterior. Los franceses, después del primer efecto sorpresa de la emboscada, se organizaron y asaltaron las posiciones de los somatenes, quienes se retiraron y, dándose por satisfechos, iniciaron el regreso a sus casas. El general Schwartz, dado que ya era la hora de almorzar, ordenó a algunos de sus soldados que montaran guardia mientras que el resto de la unidad se preparaba para comer y descansar antes de proseguir el camino. El resultado de la emboscada estratégica fue la retirada de la columna francesa, con 300 hombres muertos y uno de los cañones perdido al hundirse el puente de Abrera cuando se retiraban en dirección a Barcelona. 

Leyenda

 Aquí es donde surge la historia del Niño del Tambor. Esta historia cuenta el episodio del joven pastorcillo que pone en fuga a las tropas napoleónicas con la colaboración del eco de las montañas de Montserrat. Isidro Llusá y Casanova, el niño de la historia, no podía combatir por su edad, pero quiere ayudar a su pueblo contra los franceses, así que toma su tambor y se pone a tocar. El eco de las montañas hace que de la impresión que son miles de tamborileros, por lo que el ejército francés se bate en retirada.

En el lugar, hay un monumento, y una inscripción, que dice:

Viajero, para aquí, que el francés también paró, el que por todo pasó no pudo pasar de aquí.



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