El pasado día 23 de abril se cumplía el 211 aniversario del fallecimiento del General Reding, verdadero artífice de la victoria de Bailén.
Teodoro Reding
había nacido en el cantón suizo de Schwitz, en el año 1754, su carrera la
inició como capitán propietario en el Regimiento suizo de Reding, colocado al
servicio de España, en el año 1772. Ascendió en ese mismo año a Coronel y en
octubre de 1792 a
Brigadier, Mariscal de Campo en 1795 y Teniente General en 1801.
En su hoja de
servicios destaca la toma de Menorca en 1782; en 1793 y 1794 se enfrentó a los
franceses en Navarra y Guipúzcoa. En la Guerra de la Independencia estará
en Bailén y después es nombrado Capitán General de Cataluña.
Era el General Reding el Gobernador Militar y Político de Málaga
desde 1806 y fue él, al enterarse de lo acontecido el 2 de mayo en Madrid,
quien en la Plaza
del Obispo inicia el movimiento patriótico al que
no dudan en sumarse numerosos voluntarios malagueños y las unidades militares
presentes en la Plaza:
los Regimientos de Infantería de Línea "Suizo de Reding nº 3",
"Reyna", "Málaga" y "Montesa" de Caballería.
Constituida
la Junta de
Málaga tras recibir las comunicaciones de la Junta Suprema de
Gobierno en Sevilla y proclamado Fernando VII como único soberano a Reding se
le confiere el mando de las tropas del Reino de Granada que luego uniría a las
de Sevilla del General Castaños. Comienza el reclutamiento y en los primeros
días ya había 1.100 malagueños alistados y agregados a los Regimientos de la Reyna y Málaga. Todos estos
regimientos quedarían integrados en la 1ª. División del Ejército de Andalucía;
concretamente en la
Agrupación de Centro, a las órdenes directas del General
Reding. Las brillantes acciones en los
primeros encuentros del mes de Julio, como la defensa de Jaén o el célebre
Combate de Mengíbar, se verían eclipsadas por la victoria en la Batalla de Bailén
el 19 de Julio de 1808.
Realmente Reding hizo un despliegue de tropas muy
acertado, con los extremos curvados hacia el enemigo, ya que favorecía la
concentración de esfuerzos y fuegos de las Unidades sobre la avenida principal,
el Camino Real. El orden de batalla lo componían tres líneas clásicas. La
artillería la distribuyó en tres baterías colocando la de mayor alcance y
calibre sobre el Camino Real, el eje de la defensa. En la retaguardia, las
unidades estuvieron donde tenían que estar, ocupando las alturas del Cerro San
Cristóbal y cerrando el Camino Real, y con la caballería vigilando desde el
Cerro del Ahorcado. En el ala izquierda colocó a unidades de calidad porque
aquí el terreno era sensiblemente llano o favorecía al atacante, que descenderá
desde el Haza Valona, siendo mayor el riesgo de envolvimiento por la
caballería.
En el
ala derecha, al norte del Camino Real hay menos unidades y más ligeras. Allí se
posicionan los voluntarios del pueblo que acuden con sus armas, pues el terreno
era más accidentado, favorece la defensa, ya que el atacante ha de venir por un
terreno llano y despejado o cuesta arriba.
En
conclusión, podemos decir que D. Teodoro Reding dispuso sus tropas conforme a
las reglas del arte militar de la época. El despliegue, tal cual se presenta
parece que reúne todas las exigencias del momento y viene a demostrar bien a
las claras las dotes de mando y de táctica militar que poseía, siendo capaz de
sacar el mejor partido a la posición que en ése momento ocupaba. Es un hecho
palpable que conocía el terreno donde se movía y actuó con resolución en una
situación harto confusa, de noche, con las unidades mezcladas, pues hemos de
tener en cuenta que actuaron en los mismos lugares que en donde habían estado
vivaqueando durante todo el día.
Demostró
ser un profesional experimentado, conocedor de su oficio y también, por qué no
decirlo, con mucha suerte, tanto al ocupar Bailén el día anterior sin
resistencia, como durante la acción del día 19 cuando el riesgo de ser cogido
entre dos fuegos era palpable.
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