La defensa popular de la patria contra los franceses se encarnó en la
figura de una joven de apenas 15 años, una costurera de un taller de bordadoras
llamada Manuela Malasaña. Imágenes y leyendas glorifican la supuesta gesta de
la heroína popular, pero en realidad poco se sabe con certeza acerca de su vida
y de su muerte. Según el escritor Fernández de los Ríos, Manuela Malasaña
moriría mientras ayudaba a cargar el arma de su padre a las puertas del Cuartel
de Artillería. Así la imaginó el pintor Álvarez Dumont, muerta a los pies de un
soldado de la caballería francesa mientras su padre la vengaba… Sin embargo,
ninguna de estas dos versiones pudo ser cierta, ya que se sabe que por entonces
la costurera era huérfana. Más crédito tiene la investigación de Cambronero que
se nutre de supuestas versiones de testigos y que sitúa la muerte de la heroína
una vez que había concluido ya el levantamiento y cuando los franceses imponían
la represión entre la tarde-noche del 2 y el día 3. Manuela Malasaña sería
abordada por una pareja de soldados franceses que intentarían seducirla en
plena calle, y moriría a tiros después de defenderse con unas pequeñas tijeras
de costura.
Fue enterrada en el Hospital de la Buena
Dicha en la calle de Silva que había sido fundado en 1594 y
que acogía a la gente pobre. En este lugar fueron atendidos muchos de los
heridos en este día del 2 de Mayo y fueron enterrados muchos de los caídos.
El nombre de Manuela Malasaña consta con el nº 74 en la relación de
víctimas que se conserva en los archivos militares y municipal de Madrid. Según
un estudio hecho en 1908 hubo 409 muertos identificados y 170 heridos. Su
retrato se encuentra en la Sala
de Heroínas del Museo del Ejército.
Manuela debía ser famosa en su barrio por su juventud y simpatía, y el
hecho de morir tan joven y entregando su vida a la causa de la libertad hizo
que se creara en torno a su memoria una gran leyenda de heroína.
ALCALDES DE MÓSTOLES
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