María Inés Juliana Bellido Vallejo, nuestra heroína, nació en Porcuna
el día 28 de enero de 1755, hija legítima del matrimonio contraído por
Francisco Elías Bellido y Catalina Vallejo ambos también vecinos Porcuna. No se ha podido comprobar exactamente cuando
comienza a ser llamada María a secas, pero no es de extrañar este cambio de
nombre, ya que en el siglo XIX era frecuente que algunas personas que
utilizaran durante su vida distintos nombres de aquel que se le puso en la pila
bautismal.
Es también sabido, con bastante garantía
histórica, que nuestro personaje al llegar a la edad casadera conoció en
Porcuna, su pueblo a un joven natural y vecino de Bailén. El caso es que María
Bellido (apodada la
Culiancha , por sus opulentas caderas) contrajo matrimonio con
Luis Domingo Cobo Muela, hijo éste de los vecinos de Bailén Luis Domingo Cobo y
Ana Manuela de la
Muela. Contraído este enlace ambos trasladaron su domicilio a
la localidad de Bailén, concretamente a la calle Las Eras, hoy Juan Sebastián
Elcano. Identificado
nuestro personaje y ya instalado el matrimonio en Bailén consta que adquirieron
bienes rústicos y urbanos, y que no hubieron hijos de su matrimonio.
Cuando al amanecer del 19 de julio de 1808 el
Pueblo de Bailén se ve envuelto en las escaramuzas que anuncian la definitiva
batalla, nuestra heroína, que habría de formar parte de ella, cuenta con 53
años de edad.
Es lógico que desarrollándose el combate en las cercanías de Bailén los vecinos de esta villa tomaran parte activa, desde su inicio, en la batalla. Los hombres se unieron directamente a las tropas; los ancianos prestaron servicios de avituallamiento y sanidad, y los niños y mujeres contribuyeron con el elemento que se hacía más necesario en el campo de batalla, el agua.
Es lógico que desarrollándose el combate en las cercanías de Bailén los vecinos de esta villa tomaran parte activa, desde su inicio, en la batalla. Los hombres se unieron directamente a las tropas; los ancianos prestaron servicios de avituallamiento y sanidad, y los niños y mujeres contribuyeron con el elemento que se hacía más necesario en el campo de batalla, el agua.
El General Reding ubicó su puesto de mando cerca del
camino real, próximo a una era. Sus soldados habían construido un precario
sombraje, para ponerse a cubierto del sol. Es posible que en este paraje se
produjera el famoso encuentro entre la mítica María Bellido y el famoso
general. En los registros de la época queda documentado que María Bellido y su
marido Luís Domingo habían comprado un pozo y una era próximas al ese lugar,
donde pudo tener origen la leyenda.
Imaginemos el fragor del combate, las heridas
que producen una insaciable sed, el periodo en que se desarrolla, 19 de julio
(con temperaturas de 40 ó 45 grados) y las resecas llanuras y colinas del
escenario de la batalla, y podremos llegar a la conclusión de que el agua, y la
sed por falta de ésta, son dos condicionantes que habían de jugar un papel
importantísimo en la lucha. El agua fue pues la auténtica pesadilla de las
tropas de uno y otro bando. "Eran las seis de la mañana, y el calor principiaba
a dejarse sentir con mucha fuerza, sentíamos ya a la espalda aquel fuego que
más tarde habría de hacernos el efecto de tener por médula espinal una barra de
metal fundido... Pero este malestar era insignificante con otro que desde la
mañana principió a atormentarnos, la sed, que todo lo destruye, alma y cuerpo,
infundiendo una rabia inútil para la guerra, porque no se sacia matando".
Tal era la necesidad del
agua, y tan primordial su obtención, que hubo momento en que la lucha se
concentró en la posesión de las fuentes de aprovisionamiento de ésta. Hemos de
concentrar nuestra atención en la posesión y defensa de la Noria de Don Lárazo o
"Noria del Sordo" que tan codiciada fue como por unos y otros.
Hecha esta semblanza de la batalla y uno de los principales elementos,
entra ya en escena nuestro personaje: María Bellido.
La misión de obtención, transporte y abastecimiento de esta agua tan necesaria, correspondió principalmente a las mujeres y niños de la población, que con desprecio del peligro tanto contribuyeron a la victoria de las tropas españolas. Nuevamente Pérez Galdós en su ya citado "Bailén", escribe al respecto: "... Es verdad que de Bailén salían en bandadas multitud de mujeres con cántaros de agua para refrescarnos... Más de una vez, aquellas valerosas mujeres se expusieron al fuego, penetrando en sitios de mayor peligro, y llevando sus cántaros a los artilleros del centro".
La misión de obtención, transporte y abastecimiento de esta agua tan necesaria, correspondió principalmente a las mujeres y niños de la población, que con desprecio del peligro tanto contribuyeron a la victoria de las tropas españolas. Nuevamente Pérez Galdós en su ya citado "Bailén", escribe al respecto: "... Es verdad que de Bailén salían en bandadas multitud de mujeres con cántaros de agua para refrescarnos... Más de una vez, aquellas valerosas mujeres se expusieron al fuego, penetrando en sitios de mayor peligro, y llevando sus cántaros a los artilleros del centro".
¿No se perfila en este personaje de don Benito la intervención y actuación de nuestra heroína? Más concretamente, destaca el historiador Don Manuel López Pérez, tomando datos de Antonio José Carrero, el auxilio oportuno que prestaron algunas heroicas mujeres, que desentendiéndose de su sexo y de los riesgos, en el ardor combate y en pleno campo de batalla dieron de beber a los soldados, destacando entre ellas una,- llamada María Bellido-, que llegando hasta el puesto de mando y "dirigiéndose directamente al General Reding, ofreció agua al General, y en el momento en que elevaba la vasija, una bala rompió el cantarillo. La mujer no se inmutó. Recogió el tiesto donde había quedado un poco de agua, y lo ofreció al General, que alabó su labor y ofreció premiarla".
Este temple y valor, y la acción que realizó en
riesgo de su vida, en pleno combate y en lugar más abatido por la artillería
enemiga, hizo de nuestra paisana una heroína popular que pasó a la galería
histórica de otras muchas que se inmortalizaron. Pero lo más significativo de
esta heroica mujer fue, que, tras la victoria de las tropas españolas, pasó al
más completo olvido. Tan es así que durante algún tiempo se creyó que este
personaje era producto de la imaginación popular, o la creación de unos
vencedores que necesitaban héroes para resaltar sus victorias.
Investigaciones posteriores han hecho a los historiadores llegar a la conclusión de que María Bellido existió, que nació en Porcuna, que casó con Luis Domingo Cobo, y que el hecho antes relatado es realmente un hecho histórico. Tal vez el completo olvido en que cayó su gesta fue debido a su prematura muerte, acaecida en 8 de marzo de 1809, unos ocho meses después de la batalla de Bailén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario