Durante los próximos 7, 8 y 9 de junio se celebra en Cifuentes (Guadalajara) la recreación de la batalla que mantuvieron las tropas francesas del General Hugo con la partida del guerrillero el Empecinado.
Según relata Fenando Bermejo "En Cifuentes y su comarca,
como en toda la actual provincia de Guadalajara no se libraron batallas
campales entre ejércitos organizados que reseñar durante la contienda
independentista, como sí había ocurrido durante la guerra de Sucesión con la
batalla de Villaviciosa, pero sí transcurrieron por estas tierras infinitas
acciones entre los guerrilleros y columnas o destacamentos franceses."
A medida que
los fracasos militares iban dejando al país en manos francesas, se extendió la
guerra popular o “guerra de guerrillas”, motivada por estímulos que iban desde
los sentimientos patrióticos, religiosos, hasta la necesidad de oponerse al
pillaje enemigo.
Las guerrillas eran incapaces de llevar a cabo acciones
masivas, aptas para batir al ejército invasor. Sólo atacaban cuando eran
superiores y, ante fuerzas mayores, huían sin comprometerse. Sin
enfrentamientos directos con el enemigo, sus acciones más frecuentes eran las
emboscadas a destacamentos, el asalto a convoyes y la intercepción de correos.
Su mantenimiento era sencillo, pues buena parte del armamento y vestuario se
lograba con los botines tomados al enemigo y, al combatir en terreno propio,
contaban con el apoyo masivo de la población, a la que mantenían en su actitud
de resistencia. Por otra parte, perseguían y castigaban a los colaboradores del
enemigo y desorganizaban los servicios franceses de retaguardia. Prestaron
inapreciables servicios de información y cobertura a los ejércitos regulares,
cuando éstos pudieron volver a salir al campo de batalla.
El personaje que mayor
relevancia, relacionado con la guerrilla, dio la guerra de la Independencia fue
sin ningún género de duda Juan Martín Díaz “el Empecinado” guerrillero,
considerado como un ídolo en toda Castilla, que luchó de una manera muy
especial y particular contra el todopoderoso ejército napoleónico librando
importantes encuentros en suelo alcarreño, siendo tal su carisma que su sola
presencia provocaba la sublevación de los pueblos por donde pasaba. La junta
central le nombró capitán de caballería en abril de 1809, debido a sus
victorias bélicas; este nombramiento le obligó a trasladarse desde la zona del
Duero de donde era originario hacia Guadalajara, donde debido a su acreditada
fama la junta provincial, establecida en Sigüenza el 12 de agosto de 1809,
había solicitado su presencia. Juan Martín se interna en Guadalajara el día 11
de septiembre de 1809, asentando su cuartel general primeramente en Cogolludo.
Bajo su mando tenía un escuadrón compuesto por unos 160 o 170 hombres a
caballo, dividido en varias secciones encabezadas por sus más fieles
lugartenientes Vicente Sardina, Saturnino Albuín, Mariano Navas, José Mondedeu
y Segundo Verdugo.
" El
Empecinado” con la mayor parte de su gente cubría los accesos a la sierra
concentrándose en Cifuentes, en cuyo punto fue atacado el 14 de septiembre de 1810 por el general Hugo, que desde Brihuega se dirigió contra él con
una columna móvil de 1.000 hombres de infantería y 400 caballos. En
las inmediaciones de la villa condal se desarrolló una acción muy reñida entre
las dos divisiones, y todos los esfuerzos del enemigo no fueron bastantes para
replegar a los españoles, que sostuvieron un vivo fuego desde las dos de la
tarde hasta después de anochecido. El general Hugo hizo noche en Cifuentes, y
el Empecinado en Canredondo, y tan poco seguro se encontraba el general francés
que no queriendo esperar el ataque que los españoles le preparaban para el día
siguiente, se retiró al amanecer, maltratando a varios de sus indefensos
vecinos e incendiando sin piedad algunos barrios cifontinos.
No
contentos con incendiar la villa de Cifuentes los franceses culparon a la
guerrilla de la ejecución del incendio. Así el gobierno afrancesado publicó en
la gaceta de Madrid fechada en la capital el 17 de septiembre de 1810 un relato
totalmente contrario al anterior, mostrando especial ahínco en desvirtuar los
hechos, al señalar: “… El señor general Hugo habiendo sabido que el jefe de la
guerrilla el Empecinado había ido a Cifuentes con 2.000 ó 3.000 hombres (número
que no se corresponde con la realidad y que es deliberadamente exagerado),
compuestos de diferentes cuadrillas reunidas a la suya y de un gran número de
paisanos arrancados de los trabajos del campo, salió el 14 de Brihuega con una
columna de 900 hombres de infantería y 250 de caballería para buscar al
enemigo. No tardó en descubrirlo; las cimas de las montañas que dominaban a
Cifuentes estaban cubiertas de tropas del Empecinado, las que, a pesar de las
ventajosas posiciones que ocupaban, fueron prontamente desalojadas. Luego que
el enemigo abandonó las alturas se retiró en desorden y con una rapidez
increíble, fue perseguido, echado de todos los puntos, dejando el campo de
batalla cubierto de muertos, heridos y armas que abandonaron huyendo. Esta
brillante acción se ha conseguido casi sin pérdidas por nuestra parte pues sólo
se reduce a 7 muertos y 15 heridos. En la noche siguiente al combate se prendió
fuego a Cifuentes. A pesar de los esfuerzos de las tropas francesas por cortar
sus progresos, prendió la llama en un almacén de pólvora que “el Empecinado”
había hecho y ha volado muchas casas …”.
En este enlace se pueden consultar el program de actos:
Fuente: Artículo
de Fernando Bermejo
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