Los días 2 y 3 de marzo se llevará a cabo en
Zaragoza la II Recreación Histórica de los Sitios y la conmemoración del
Bicentenario de su liberación. Los actos conmemorativos se enmarcarán en un
espacio de libertad y solidaridad que convoque a los aragoneses a recordar
juntos un momento muy importante de su historia y a proyectar su futuro.
Entre los 400
recreadores históricos que darán vida a la Historia procedentes de toda España,
Francia, Polonia e Irlanda estarán miembros del Regimiento de la Reyna de nuestra
Asociación.
Esta ocasión de rememorar aquellos años de
ocupación y la posterior liberación de 1813 nos adentra en una época en la que la
ciudad de Zaragoza, desolada después de unos dramáticos asedios tuvo que ser
fuerte y levantarse sobre sus ruinas para construir el mañana que disfruta
en la actualidad.
Después de unos durísimos Sitios que dejaron la
ciudad totalmente arrasada, comenzó un periodo gris de ocupación bajo la
autoridad francesa. Una época tan interesante como desconocida para la mayoría
de los ciudadanos de Zaragoza y del resto de España. Explicar cuatro años de
convivencia diaria sobre los patrones de lo bueno y lo malo resulta difícil: la
ciudad como cualquier organismo vivo, tuvo que retomar el ritmo cotidiano,
abastecerse, sanar sus heridas y poner en marcha los mecanismos que
consolidasen la convivencia o la adhesión. El heroísmo y la barbarie se
difuminaron en la rutina de los días.
El 9 de julio de 1813 la ciudad fue liberada. Habían
pasado cuatro años, cuatro meses y diecinueve días de ocupación en un contexto
de guerra. Zaragoza llegó incluso a convertirse momentáneamente en provincia
francesa, dependiendo directamente de Napoleón (según el Decreto Imperial del 8
de febrero de 1810). El ejército invasor abandona la ciudad rebelde que con
tanto sacrificio habían logrado someter. Francisco Espoz y Mina (1781-1836) fue
uno de los que entraron en la Zaragoza ocupada por el ejército de Napoleón,
trayendo la Libertad a un pueblo masacrado. Es el fin de la ocupación francesa,
que en 2013 cumplirá los 200 años.
El General Mina sale de Tudela el 4 de julio, a
la vez que ordena a los Regimientos 2º y 7º de Infantería que desde los
alrededores de Bolea bajen a Zaragoza. Mina llega el día 7 a Las Casetas y el
8, en unión de D. Julián Sánchez (el Charro), hace frente con su caballería a
200 jinetes franceses del General París, Comandante Militar francés de
Zaragoza, que intentaban un contraataque y se ven rechazados y obligados a
replegarse sobre el grueso de sus fuerzas. Mina despliega en los altos de la
Casa Blanca y de Torrero.
Llegados también los Regimientos de Infantería 1º
y 3º de Navarra y 1º de la Rioja, éste atacó flanqueando sobre la derecha del
despliegue, ocupando el puente de Clavería y Torrero. Un segundo ataque por la
noche obliga a los franceses a replegarse a la ciudad.
El día 9 llega el General Durán a Torrero, hay otro combate cerca de Villanueva de Gállego entre caballería española y 33 gendarmes franceses… Durán y Mina quedan en entrar en la ciudad al día siguiente a las 10 de la mañana, pero el Teniente Coronel Tabuenca se adelanta y entra esa tarde con su Batallón por la Puerta de Santa Engracia entre el entusiasmo de los zaragozanos. A las 12 y media de esa noche el General París abandona con sus hombres Zaragoza por el Arrabal, volando la última arcada del Puente de Piedra para intentar retrasar la persecución, pero que resultó ineficaz. Deja unos 400 hombres en el Castillo de la Aljafería, fiel a la idea de maniobra de Suchet de sostener al menos una línea de castillos en manos francesas para mantener las líneas de comunicaciones con Francia. En esa línea conservaron durante algún tiempo la Aljafería, Lérida, Monzón, la ciudadela de Jaca…
El día 9 llega el General Durán a Torrero, hay otro combate cerca de Villanueva de Gállego entre caballería española y 33 gendarmes franceses… Durán y Mina quedan en entrar en la ciudad al día siguiente a las 10 de la mañana, pero el Teniente Coronel Tabuenca se adelanta y entra esa tarde con su Batallón por la Puerta de Santa Engracia entre el entusiasmo de los zaragozanos. A las 12 y media de esa noche el General París abandona con sus hombres Zaragoza por el Arrabal, volando la última arcada del Puente de Piedra para intentar retrasar la persecución, pero que resultó ineficaz. Deja unos 400 hombres en el Castillo de la Aljafería, fiel a la idea de maniobra de Suchet de sostener al menos una línea de castillos en manos francesas para mantener las líneas de comunicaciones con Francia. En esa línea conservaron durante algún tiempo la Aljafería, Lérida, Monzón, la ciudadela de Jaca…
Las diferentes asociaciones de esta ciudad encabezadas
por la Asociación Histórico-Cultural “Voluntarios
de Aragón” consideran que esta efeméride no puede pasar desapercibida y debe
ser recordada enriqueciendo el patrimonio cultural inmaterial de Zaragoza.
Fuentes: http://zaragoza2013.wordpress.com/bicentenario-de-la-liberacion-de-zaragoza/
http://zaragoza2013.wordpress.com/historia-de-la-liberacion-de-zaragoza/
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