domingo, 13 de junio de 2021

EL APRESAMIENTO DE LA ESCUADRA DE ROSILY, 14 DE JUNIO DE 1808. LA BATALLA DE LA POZA DE SANTA ISABEL

La rendición de la escuadra francesa del almirante Rosily, en la rada de Cádiz, el 14 de junio de 1808, no destaca en los anales de nuestra historia como una acción de relevante importancia, quizás, porque no fue un enfrentamiento de dos fuerzas homogéneas en un gran campo de batalla donde apenas se causó bajas por ambos bandos. Pero sin embargo, resultó ser un episodio que marcó el comienzo de una cruzada que acabaría años después con los sueños imperialistas de Napoleón. La flota francesa del almirante Rosilly situada en la Bahía de Cádiz, aislada y sin posibilidad de retornar a Francia debido al bloqueo británico, se rinde a los españoles. 

Cuatro días después de la batalla de Trafalgar del 21 de octubre de 1805, llegaba a Cádiz el Almirante francés Rosilly, marino de gran valía, que había sido mandado por Napoleón a España para sustituir a Villeneuve al mando de la escuadra combinada. Lamentablemente no pudo llegar a tiempo, ya que Villeneuve supo de su próxima sustitución y salió de Cádiz para enfrentarse con Nelson. Al llegar Rosilly se halló al frente de los restos de los 33 navíos que habían combatido. De la escuadra francesa tan sólo quedaron el Heros, de 80 cañones; los Algesiras, Pluton, Argonaute y Neptune, de 74 cañones; más las fragatas y bergantines, estos últimos  posteriormente romperían el bloqueo británico a la ciudad y partirían a Francia, salvo la fragata de 40 cañones Cornelie, que permaneció con los navíos. El Algeciras, aunque tenía nombre de una ciudad española era totalmente francés, ya que conmemoraba una victoria franco española frente a los británicos en 1801 bajo las baterías de dicha ciudad andaluza. 

Con fecha del día veintiuno de febrero del año de 1808, el Emperador, que no olvidaba a su escuadra, ordenó se avisará al almirante, de lo que se encargó su ministro de la guerra Mr. Decrés, quien escribió entre otras cosas:

 

 Procurad no manifestar inquietud, pero preparaos para cualquier evento sin afectación y tan sólo como obedeciendo órdenes que habéis recibido para partir. Colocad en medio al navío español bajo tiro de los franceses » Ante el peligro de que la aislada escuadra sucumbiera, Napoleón personalmente envió a Andalucía al general Dupont, al mando de un cuerpo de ejército compuesto por unos veinte mil hombres, con la concreta misión de romper toda resistencia y alcanzar el objetivo, que no era otro que recuperar la escuadra, para junto a ella y el ejército dominar la vasta región de Andalucía, pero como ya se demostró subestimaron a los españoles, siendo el primer aviso que el Emperador no entendió y al final sería causa importante de su total ruina, para él y el país que representaba. 

La Batalla de la Poza de Santa Isabel fue un combate naval ocurrido entre el 8 y el 14 de junio de 1808, en la Bahía de Cádiz. En ella se enfrentaron la flota francesa del almirante François Etienne de Rosily  y las fuerzas navales españolas comandadas por el almirante Juan Ruiz de Apodaca, apoyadas por la artillería costera. El resultado fue una de las primeras victorias españolas en la Guerra de la Independencia en la más destacada de las pocas acciones navales de dicho conflicto.

D. Tomás Morla, que había sustituido al General Solano, envió una advertencia el 9 de junio a Rosilly, instándole a una rendición incondicional en el plazo de dos horas o de lo contrario: "...soltaré mis fuegos de bombas y balas rasas (que serán rojas si V.E. se obstina): atacará la escuadra española y las fuerzas sutiles...". Siendo rechazado por el almirante francés. Así pues se inició el ataque desde las baterías y por las fuerzas sutiles. Los franceses estaban bien situados y lograron rechazar el ataque, que durante cinco horas intentaron infructuosamente rendirlos. Aun así tuvieron daños en cascos y arboladuras, con unas bajas de 13 muertos y 51 heridos. 

El Jefe de Escuadra, D. Juan Ruiz de Apodaca en su falúa, recorría la bahía dirigiendo a las fuerzas sutiles y animándolas con su ejemplo. Los españoles también vieron como se inutilizaban 7 bombarderas (4 de ellas hundidas, aunque las otras se podían reparar), con un balance de 4 muertos y 5 heridos. La batería de la Cantera fue desmantelada por el navío francés Algesiras, que había sido destacado ya que dicha batería les estaba haciendo mucho daño. El balance de bajas en las baterías fue de otros 4 muertos y 21 heridos. Las embarcaciones de la escuadra las mandaba el brigadier don Miguel Mª Sastón, comandante del Príncipe de Asturias; uno de los botes cuya tripulación se distinguió notablemente lo mandaba el Alférez de Fragata don José Fermín Pavía. También se distinguió la cañonera nº 33 al mando del Teniente de Navío don Joaquín Ibáñez de Corbera.

El día 14 de junio se volvió a intimar a la rendición de la escuadra francesa sin condiciones, por el general Tomás Morla. Rosilly era sabedor de que no podría resistir mucho tiempo ante los medios acumulados por los españoles para abrumarle con sus fuegos y poco después se rindió a discreción, así durante el curso de la mañana los pabellones franceses fueron sustituidos por los españoles.


En total se entregaron 3.676 prisioneros, tripulantes de 5 buenos navíos y una fragata de construcción reciente, armados con no menos de 456 cañones, numerosas armas individuales, gran cantidad de pólvora y municiones y cinco meses de provisiones. En el Museo Naval de Cádiz se conserva la bandera insignia que arbolaba el almirante Rosilly en el navío Hero. Apodaca se hizo cargo de los buques rendidos y puso como comandantes de los mismos a los segundos de los buques españoles. Los buques franceses pasaron a la Armada con sus nombres originales, lógicamente castellanizados. 










 



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