lunes, 12 de junio de 2023

LA BATALLA DE CABEZÓN DEL PISUERGA 12 DE JUNIO DE 1808: PRIMERA BATALLA EN CASTILLA

Al comenzar el mes de junio de 1808 Valladolid se encuentra en estado de sublevación contra las tropas francesas. El mariscal francés Bessieres teme que la revuelta corte las comunicaciones con Madrid y manda a la División de Merle poner en orden Valladolid. El 11 por la noche se une en Dueñas con las tropas del general Lasalle que han sembrado el terror en Torquemada y ocupado Palencia. Al conocerse en Valladolid la aproximación del enemigo, los paisanos más entusiastas se encaminan al puente de Cabezón donde piensan detener a los franceses. Principalmente la fuerza la componen los estudiantes de la Universidad, que improvisadamente forman un batallón al que dan el nombre de “Literatos”, también les acompaña otro batallón formado por los comerciantes de Valladolid. Al Capitán General, don Gregorio García de la Cuesta, no le queda más remedio que seguir el movimiento con sus tropas. Cuando llegan a Cabezón se le unen los vecinos de la villa y de los pueblos cercanos, todos están deseosos de enfrentarse a los franceses. Cuesta despliega sus tropas en la orilla derecha del Pisuerga, dejando a su espalda el puente de Cabezón, su única vía de retirada. Los españoles forman un amplio arco de círculo, a caballo sobre la carretera de Palencia. A derecha e izquierda, destacamentos sueltos de paisanos vigilan los vados. La artillería se halla dispuesta más bien para ametrallar a las fuerzas propias que para detener a las contrarias.

A las diez de la mañana del 12 de junio las fuerzas francesas se enfrentan con el grueso del ejército de Cuesta, y el general francés, al apreciar lo absurdo del dispositivo español, se decide a precipitar los acontecimientos. A tal fin establece sus piezas de artillería y cañonea el centro español, lanzando después a la carga su caballería, seguida de cerca por la infantería. Los estudiantes, junto a los paisanos de los pueblos de Valladolid que se les han unido y los vecinos de Cabezón, luchan bravamente. Resisten las primeras acometidas francesas, pero en menos de una hora todo ha terminado: las granadas francesas, al estallar en medio de la caballería española, cuyos jinetes y monturas no están acostumbrados a soportar el fuego de artillería, se desbanda por completo y se retiran a galope tendido por el puente, con Cuesta a la cabeza, en dirección a Valladolid. La infantería, menos afortunada, no puede retirarse por el mismo sitio al hallarse interceptado el puente por los fugitivos y los perseguidores y muchos son acuchillados por los franceses o tienen que arrojarse al río, donde una gran parte de ellos perecen ahogados. Ese mismo día a las cuatro de la tarde, entran los franceses en Valladolid.

Una vez derrotadas las tropas españolas, los franceses entran en la villa de Cabezón robando todo lo que encuentran a su paso. Después los vecinos tendrán que acercarse a la ciudad de Valladolid para recomprar, por doscientos reales, el incensario y la concha de plata de bautizar, al relojero Josep, que a su vez se los había comprado a los franceses que lo sustrajeron de la iglesia; y ciento cuarenta y cuatro reales que abonaron a los alemanes, por la paz y otros objetos de la iglesia. El copón nunca aparecerá, teniendo que hacerse uno nuevo.



 

sábado, 10 de junio de 2023

215 ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE LA POZA DE SANTA ISABEL EN SAN FERNANDO, LA PRIMERA DERROTA DE NAPOLEÓN

La Fundación Legado Las Cortes y el centro comercial Bahía Sur, en colaboración con la Subdelegación de Defensa en Cádiz, el museo naval de San Fernando y el Ayuntamiento de la ciudad, han inaugurado este viernes 9 los actos de conmemoración del 215 aniversario de la batalla de la Poza de Santa Isabel, que se desarrolló entre el 9 y 14 de junio de 1808,.primera derrota del ejército de Napoleón en la Guerra de la Independencia Española, que se iniciaron con el descubrimiento de una placa en honor a los soldados que participaron en esta batalla.
Todo se inició en 1805, a consecuencia de la batalla de Trafalgar. La derrota de la escuadra franco española, no supuso la destrucción del poderío naval de ambas naciones. Gran parte de los navíos españoles se refugiaron en la Bahía de Cádiz, fuera del alcance de los ingleses y junto a ellos seis navíos de línea franceses, se unieron a los restos de la escuadra española. El gobernador de Cádiz, marques Francisco Maria Solano Ortiz de Rozas, había mantenido una posición ambigua durante estos tres años y solo a principios de 1808, ordenó vigilar a las naves francesas con una pequeña flotilla compuesta de  embarcaciones de la bahía. Veinte días después de los sucesos del 2 de mayo de Madrid, hubo un motín en Cádiz y el marqués fue asesinado, acusado por la multitud de afrancesado.
El 10 de junio se iniciaron las hostilidades, atacando los españoles con lanchas cañoneras, un tipo de embarcaciones, inventadas por el Almirante balear, Antonio Barceló, en cuyo manejo la marina española llegó a ser consumada experta. Los galos consiguieron repeler el ataque, y a los nuestros se les agotó la pólvora y las hostilidades continuaron durante los tres siguientes días, aunque con menor intensidad, ya que la situación de los galos era insostenible y Apodaca no quiso arriesgar vidas humanas en un ataque al abordaje.
Finalmente Rosily, sustituyó los pabellones franceses por el pabellón de la marina española, que ya en aquella época, era la insignia rojigualda El botín fue bastante apreciable, ya que se hicieron 3676 prisioneros, parte de los cuales se enrolaron en las fuerzas españoles, 5 navíos de línea, una fragata, 456 cañones, armas individuales, pólvora, y grandes cantidades de municiones.
Con los barcos capturados la flota naval española se componía sobre el papel de 37 navíos y 24 fragatas, y seguía siendo el tercer poder naval del mundo. La decadencia vino con la Guerra de Independencia, donde se dieron todas las prioridades al ejército de tierra y se abandonó la marina. Se desguazaron barcos, se abandonó su mantenimiento y armamento y mandos pasaron a la defensa del territorio. Durante los seis años que duró el conflicto, no se construyó navío alguno en la Península y fuera de ella, solo en Cavite y La Habana, fueron botados dos fragatas una corbeta y tres bergantines.