lunes, 15 de enero de 2024

EXCELENTE TRABAJO DE RESTAURACIÓN DE LA ESTATUA DE LA FUENTE DEL PASEO

 

La estatua de la España Victoriosa que preside la fuente del Paseo o Plaza del General Castaños, antiguamente nombrada como la Plazuela del Mesón, es sin duda uno de los símbolos más representativos de nuestra ciudad y recientemente ha sido restaurada. Hoy luce ya todo su esplendor. En 2019 cuando se cumplieron 160 años desde que se colocara, publiqué este trabajo que a continuación reproduzco para recordar cómo llegó a nuestra ciudad.

Los bailenenses desde poco después de la batalla había anhelado un monumento que sirviese para honrar la memoria de todos aquellos héroes que derramaron su sangre en tan glorioso hecho de armas. Así, se pedía en un folleto editado en Málaga en la imprenta de Carreras e hijos y publicado el 14 de julio de 1809. Un monumento, decía el documento, digno de admiración y de respeto de todas las naciones, a los héroes del 19 de julio. Así lo reclama también Don Antonio José Carrero en su obra “Baylén. Descripción de la batalla y auxilio que en ella dieron los vecinos”, que fue publicada en 1815. En 1816, el Cabildo haciéndose eco de la propuesta del señor Carrero y del sentir del vecindario acuerda elevar en el campo de batalla una “pirámide” o monumento que por falta de fondos no llegó a materializarse. Sin desfallecer en el intento, el Cabildo municipal de 1920, presenta un proyecto a las Cortes de la nación para la realización de un monumento a la batalla. Dicho proyecto fue remitido al Gobierno y allí “durmió el sueño de los justos".

 Es en 1850 cuando se pone en marcha una “Comisión de indagación sobre la Campaña de Andalucía y la batalla de Bailén”. La orden fue firmada por la reina Isabel II y como presidente se nombró al General Castaños, quien por su avanzada edad, delegó en su vicepresidente Don Antonio Remón Zarco del Valle, General de Ingenieros, quien se dirige por escrito al alcalde de la ciudad don Federico Arias Pardiñas, ofreciéndose para interceder ante el Gobierno de la Nación en favor de las necesidades que tuviese nuestra ciudad. El alcalde, el 29 de junio de ese año le informa de la necesidad que tenía nuestra villa de un mejor abastecimiento de aguas públicas, así como el interés del vecindario de contar con un monumento que recuerde su célebre batalla.

Días después, el once de julio, el Consejo de Ministros acuerda elevar a la Soberana para su firma un decreto donde se mandaba presentar a las Cortes la propuesta de un monumento y ordenando las obras necesarias para la conducción  de aguas potables a Bailén, costeadas por el Ministerio de Obras Públicas. Dicho proyecto se firma el 19 de julio, aunque las obras de la construcción de la fuente y su abrevadero para caballerías no comenzarían hasta 1852. Se adecúan los terrenos, se realizan sondeos, se excavan pozos y se construyen galerías y demás conducciones, así como el alzado de la fuente y pedestal según el proyecto que dirigen los ingenieros Don Ramón del Pino y Don Antonio Revenga. Las obras concluyen en noviembre del mismo año, según la Memoria presentada por el ingeniero señor Revenga en la revista de Obras Públicas de 1853.

También hubo que modificar la plaza para que se emplazase la fuente. Por este motivo es el propio General Castaños quien envía carta al señor Duque de Osuna, don Mariano Téllez-Girón el 10 de agosto solicitándole deje expedita la plaza para la ejecución de la obra. Se le pedía al señor Duque que cediera parte de la casa que poseía como posada en dicha plaza. En definitiva, debía demoler su porche.

El administrador del Duque en Bailén don Carlos Passuti, el 17 de octubre de 1852, envía cartas al apoderado general de la Casa Ducal, don Pedro Herrero, para que informe al Duque, que se encontraba en su castillo de Beauring (Bélgica). El Duque comisiona a su administrador general para que concertase con el ministro de Fomento don Mariano Miguel de Reynoso los medios de hacer efectivos los deseos del Gobierno. Al final, según el informe de don Antonio Revenga, el Duque accedió y se gastaron en la remodelación de la Plaza 13540 reales por el ensanche que se le dio.

Hasta ahora sólo hemos contado con estudios de la construcción de la fuente, pero no ha habido una información detallada de tan singular estatua, no hemos dispuesto de un compendio divulgador que ayude a que el visitante de nuestra ciudad o el curioso investigador de nuestra historia obtenga una visión completa del significado de la estatua que preside la plaza. Han sido muy interesantes los trabajos sobre la construcción de la fuente y del intento de realizar un monumento que recordarse la singular y heroica gesta de nuestra batalla como el recientemente  publicado en la revista Locvber (vol. I 2017: 97-111) sobre Los monumentos a la Batalla de Bailén en la prensa española en el siglo XIX. Entre lo local y lo nacional escrito por D. Rafael Domínguez Rodríguez o el del anterior cronista D. Juan Soriano El Monumento a la Batalla de Bailén en el programa de Fiestas de 2007 en donde hacen referencia a la Estatua.

En este trabajo, apoyándome en el legajo (2-28-4) que se encuentra en el Archivo- Biblioteca de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando con el título: Bailén. Se aprueban las modificaciones propuestas por D. Sabino de Medina para la estatua que debe colocarse en la fuente monumental, intento ofrecer un estudio amplio y completo, hecho con profundo cariño hacia nuestra historia y que sirva para fomentar aún más el conocimiento de ella y evitar confusiones y desconocimiento por parte de muchos bailenenses.

Con fecha 8 de noviembre de 1852 se publica en La Gaceta de Madrid la Real Orden de 27 de octubre para convocar un Certamen público, al objeto de ejecutar la estatua que debe colocarse sobre el pedestal de la fuente que se está construyendo en la ciudad de Baylén. Según la Orden, el monumento debía consistir en colocar una alegoría en un espacio cuadrado de dos pies de lado, que estará a veinte pies de altura sobre el terreno, la cual represente la España victoriosa, señalando en el escudo de armas de Baylén un nuevo blasón, que será un ánfora, indicando el agua que llevó. Se encarga a la Real Academia de Nobles Artes de San Fernando para que lo elabore. Dicho concurso se dotó con un premio de dos mil reales y la ejecución de la obra. Debía estar terminada en dos meses desde la publicación de la orden. 

Según oficio del 16 de enero de 1853 dirigido al señor vicepresidente de la Academia, el día ocho de ese mes se habían presentado al concurso tres proyectos: España Victoriosa, G.A.1852 y Oportuno auxilio. Los proyectos presentados se pasan a la sección de escultura para que sean examinados. Con esa misma fecha el autor del proyecto “España victoriosa” pasa una memoria de su obra en donde explica: el modo y forma con que ha caracterizado y alegorizado la referida estatua que debe representar a la España Victoriosa. Sigue explicando que la ha puesto bajo el aspecto de una Matrona, de pie, en actitud noble, de aspecto severo y marcial, mostrando en la mano derecha la lanza, en señal de poderío y rodeada ésta, en la parte superior, de un laurel en señal de victoria conquistada por las armas en la memorable batalla de Baylén. Indica que ha suprimido el casco y la coraza con que algunos modernos representan a España, por ser estos atributos los menos propios al valor y para que represente mejor la Guerra de la Independencia en donde la nación se alzó sin más armas de defensa que su entusiasmo y valor. Hace referencia al pueblo de Bailén en su memoria que llevaba el agua al ejército español en medio del combate sin más armaduras de defensa que el amor patrio y sus humildes vestiduras.

Sigue diciendo que lleva sobre la cabeza una diadema señal de imperio y majestad y en su centro, el signo de un conejo, el más indispensable como demuestran todas las medallas romanas que simbolizan esta nación. Sobre la diadema tiene el lucero Hespero, astro que dio el nombre griego a nuestra nación, por su situación al occidente del mundo entonces conocido. En su mano izquierda tiene asido el escudo y apoyado en la tierra en señal de victoria. En el centro del escudo está grabada la victoria que representa que allí donde España dirige sus armas, sale victoriosa.

También explicaba el autor que a su lado iría un león en reposo como atributo de magnanimidad, fuerza y poder, teniendo a sus pies el trofeo del ejército vencido en Baylén. Todo esto fue lo que expuso en su explicación el escultor a los miembros de la Academia que tenían que estudiar los proyectos.

El 30 de enero de 1853 el escultor que presentaba el proyecto “Oportuno Auxilio”, Gabriel Astorga, cuyo taller y casa se encontraban en la calle Santa Ana nº 48 de Sevilla,   exponía su memoria acerca de lo que significaba su obra. Quería recordar con su monumento el motivo que le dio origen. También resaltaba que la España de aquella época carecía de ejército regular organizado, pero a la vez la unión, la libertad e independencia se armó en masa, siendo cada pueblo un pelotón del gran ejército que la nación formaba, y cada español un centinela siempre vigilante del enemigo.

Reunida la Comisión de escultura el 6 de marzo de 1853, presidida por el señor Marqués de Someruelos, para emitir un dictamen sobre las estatuas presentadas a concurso, vistas las obras y leídas las memorias, acordó proponer a la Academia que si bien está conforme en el mérito artístico de la que tiene por lema España Victoriosa, hay algunos individuos de la sección que tienen el escrúpulo de si está arreglada literal y materialmente a la segunda parte del programa. Aprobado el anterior dictamen se procedió a la votación. La España Victoriosa reunió veinte votos y la que tiene por título el Oportuno Auxilio ninguno, quedando por tanto adjudicado el premio a la primera. De la tercera obra no se dice nada en el expediente consultado. Abierto el pliego, resultó que el autor es D. Sabino de Medina y Peñas (1812-1888), hecho lo cual se le mandó notificación para hacérselo saber. 

El autor, alumno aventajado de Valeriano Salvatierra y de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, obtuvo la pensión para Roma en 1832 durante cuatro años, tras ganar el primer premio de clase primera de la Real Academia con el relieve Un episodio de la vida del rey niño Alfonso, cuando ya era ayudante de restauración de escultura del Real Museo. De vuelta en Madrid en 1838, fue nombrado académico de mérito por la escultura de la Real Academia de San Fernando. Posteriormente, fue reconvertido en académico de número, y se dedicó de lleno a esta corporación a lo largo de su vida. En 1841 el Regente del Reino, Espartero, le quiso conceder el cargo de Director de la Escultura de la Academia, pero con la mayoría de edad de Isabel II, las órdenes del Regente quedaron sin efecto y no llegó a ocupar el cargo. En 1849 fue nombrado director de modelado y composición, tras haber logrado que en 1844 la Reina lo nombrase escultor de cámara honorario[1]Su imagen es conocida a través de un excelente busto de mármol tallado en 1878 por el italiano Carlo Nicoli que se guarda en el Museo de la Real Academia de San Fernando[2].

El 30 de julio de 1853 se reúne la sección de escultura bajo la presidencia del Excmo. Señor Duque de Rivas para evacuar el informe sobre el boceto y la propuesta de precio hecha por el escultor premiado. Consideran admisibles todas las modificaciones que propone el autor el 12 de abril. Se suprime el león que en un principio iba a colocar junto a la estatua y se le sustituye por una bordadura de castillos y leones en la orilla del manto, y que no se altere el pago de ciento veinte mil reales de vellón a que asciende el presupuesto aprobado.

El diez de agosto se le da traslado al señor Ministro de Fomento de la propuesta de precio hecha por el escultor para ejecutar la obra con las modificaciones al boceto presentado. Este era el último trámite para que D. Sabino realizase la escultura que debía colocarse en la fuente de nuestra ciudad, que ya se encontraba construida desde finales de 1852. Pasan los años y la estatua no llegaba a Bailén por lo que el Ayuntamiento, según se recoge en el acta capitular de 10 de julio de 1858 acordó que conociendo que la escultura estaba terminada, elevaba una petición al Excmo. Señor Ministro de Gobernación y Obras Públicas, a fin de que se trasladase la estatua para ver cumplidos los deseos del Gobierno de S.M. y de este vecindario. El seis de febrero de 1859 la Real Academia da su aprobación a la estatua realizada por el escultor, aunque, la comisión aconseja al director General de Obras Públicas que, ante la fragilidad y delicadeza de la misma ya que estaba realizada en mármol de Macael, no se traslade a Bailén  y se conserve en un paraje más seguro en la corte, estando menos expuesta a perecer mutilada por manos ignorantes y destructoras y en su lugar propone colocar otra igual de hierro fundido.[1]


No obstante, según se recoge en la Memoria de las Obras Públicas en España en los años 1859[1] y 1860, la estatua fue colocada el día 26 de noviembre de 1859 y ya se le había abonado al escultor el importe acordado, después de descontar los gastos de conducción y colocación que ascendieron a 13488 reales. Al pasar la reina Isabel II por Bailén en 1862, la estatua ya presidía el centro de la plaza General Castaños, lugar donde hoy se encuentra; siendo una representación simbólica de nuestro pueblo y durante mucho tiempo “la Matrona del Paseo” ha sido para los bailenenses de todas las épocas la representación de nuestra célebre heroína María Bellido. Hoy por fin, la podemos contemplar completamente restaurada.



[1] Memoria de Obras Públicas en España en los años 1859-1860. Dirección General del Ramo. Madrid Imprenta nacional 1861.

 


[1] Legajo 2-28-4. Bailén. Fuente Monumental. Archivo Biblioteca la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. 1852-1853, 1859


[1] Azcue, L. en: El siglo XIX en el Prado, Museo Nacional del Prado, 2007, p.480.

[2] Azcue,L en: La Escultura en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Catálogo y Estudio, Madrid, 1994, pág. 437. https://www.academiacolecciones.com/esculturas/inventario.php?id=E-074



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